Era angustiante la situación de la escuela 128 de La Matanza. Allí concurrían 390 alumnos en una zona de gran pobreza con gran cantidad de sus habitantes sin trabajo.
Las changas eran el modo de subsistir junto con los planes sociales. La escuela a la que concurrían los chicos, paliaba esto con un comedor que servía almuerzo y merienda. Los alumnos traían en su mochila recipientes para llevar la comida sobrante a sus casas que a veces retornaban vacías.
El estado del establecimiento era realmente desastroso; pocos vidrios, aulas con filtraciones, baños ocluidos sin agua, el gran predio con pastos altos y otros males que imaginarán.
El Gobierno, ante la acefalía de la misma por las sucesivas renuncias de los directores, nombró a Andrés Pérez, conocido y exitoso empresario. Recorrió el establecimiento junto a su equipo e inmediatamente tomó las primeras medidas. La primera reunión fue con todos los maestros y el personal auxiliar. La sorpresa de todos ellos fue cuando fueron atendidos con un completo servicio de catering servido en el patio de la escuela. Pérez los saludó a cada uno de ellos para luego tomar un micrófono ya instalado.
Maestros, antes que nada me presento, soy Andrés Pérez, no soy docente, soy empresario y creo haber llevado al éxito a mis empresas en este difícil mundo. El ministro, me ha convocado a este nuevo desafío y lo he aceptado para que todos hagamos de esto un triunfo. Son ustedes los que han elegido esta profesión que es la educación, base cierta de cómo seremos en el futuro. Reconstruiremos esta escuela dedicándonos totalmente a esto.
Las partes serán las siguientes: aquí no habrá política alguna, respetaremos sus convicciones fuera de este lugar; sin pintadas ni afiches, sólo enseñar. Los que no estén de acuerdo serán reubicados. Sé de la lucha por mejorar las condiciones de sus sueldos pero: con los niños no!. Sólo enseñar, sin paro alguno reedificaremos este derruido colegio y estaremos orgullosos de ello. Ahora… A la tarea.
Débiles aplausos que se fueron diluyendo marcaron el final del acto. Los dos delegados encararon a Pérez: si usted no es docente, no tiene que estar aquí hablándonos. Y en SUTEBA, con estas exigencias, las clases no comenzarán.
Señores: después de reacondicionar todo esto, el 5 de marzo se abrirán las puertas y los niños ingresarán. Y con esto, doy finalizado este acto.
La segunda convocatoria, fue a los padres que fueron invitados a un ligero almuerzo y a “charlar”. Interesados, fundamentalmente por el invite, concurrieron casi todos al domingo siguiente.
Se encontraron con mesas tendidas con asientos para todos. Una legión de mozos los atendió. Las bebidas acompañadas por sabrosas empanadas, devoradas por los presentes. Pérez, mesa por mesa, los saludó a los asombrados padres, luego siguieron sirviendo los clásicos choripanes, sándwiches de carne con variadas ensaladas.
A los postres, tomó la palabra Andrés:
Señores padres, mucho agradezco su presencia. Quiero decirles que conozco la situación por la que están pasando; la indiferencia del municipio que sólo arregla esto con bolsones de alimentos cambiados por la concurrencia de ustedes a diversos actos partidarios, sin saber sus motivos. Yo los necesito para reacondicionar esta gran escuela y les pregunto: quién de ustedes tiene oficio de albañil, gasista, ayudante, plomero, electricista, pintor?.
Casi todos levantaron la mano; un pequeño grupo no lo hizo. Alguien habló: nosotros tuvimos mucho que ver con este colegio; éramos preceptores, nos dieron de baja para poner a unos acomodados.
Bueno, prosiguió Pérez, todos tendrán un salario semanal que les permitirá subsistir. Les entregaremos un carnet de asistencia para tener un control. Comienzan el lunes.
Al día siguiente comenzaron a llegar camiones con cargas de diversos materiales. Los allí presentes iban descargándolos con el entusiasmo de tener un trabajo. Al mediodía se les sirvió un sustancial almuerzo. Cada día más gente se adhería al proyecto.
Para cuidar el lugar, se estableció un servicio de vigilancia las 24 horas con ex agentes jubilados de la PFA. Luego de 30 días de ajetreado movimiento, la obra estuvo casi finalizada. Se habían utilizado 45 volquetes para retirar los escombros, el fin estaba muy cerca.
La estrella de este gigantesco movimiento, fue la cocina, totalmente renovada con la última tecnología. Los alimentos se controlaban y pesaban. Varios proveedores fueron dados de baja. Por fin el 4 de marzo, día del comienzo de clases, se inauguraba la “nueva escuela”.
A tres cuadras de la misma, arribaron muchos micros y una camioneta de la cual se bajaron bombos, banderas y carteles. Los militantes se concentraron y al ritmo de los bombos se encaminaron rumbo a la escuela. Fueron rechazados….
Los alumnos fueron entrando acompañados por sus padres con sus nuevos guardapolvos blancos y mochilas de todos colores. La gendarmería estableció un cerco perimetral. Descendió un helicóptero en el predio, bajó la gobernadora con su gabinete y todos aplaudieron su llegada.
El proyecto se había cumplido; las vías del ferrocarril, inactivas desde el famoso dicho del senador de la nación Carlos Menem “ramal que para, ramal que cierra”, fueron reactivadas. Se iba a construir con mano de obra local para cubrir una gran zona.
Pérez hizo uso de la palabra. Mi tarea aquí ha terminado. Las nuevas autoridades saben cómo manejar esto. Gracias por la colaboración de todos ustedes y yo seguiré mi camino. Éste ejemplo fue seguido por muchas otras comunidades. Esperanza….
No hay comentarios:
Publicar un comentario
MUCHAS GRACIAS POR TUS PALABRAS ! ! !