Hoy, cuando abrí la puerta
y entré a la casa solitaria,
algo me envolvió.
Era amor,
el aroma de la comida
recién hecha.
La cama tendida,
las flores en la cabecera,
tu recuerdo fragante.
Cerré la puerta suavemente
para no romper el hechizo,
y volví al agobiante
mundo de la calle.
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