Luego del almuerzo, saludaron a los más conocidos. Cuando quisieron dejar a Lucas un agradecimiento en efectivo, él lo rechazó.
- - Muchachos: Ha sido un placer haberlos servido. Escuché entre bambalinas las conclusiones y me siento muy agradecido por todo lo que harán.
Como paso por el hotel, recibieron como obsequio un respetable bolso con suovenires. Bombones, especialidades de la región.
Los condujeron con una fuerte escolta al aeropuerto. Una legión de medios de comunicación los seguía. Preguntas sin respuestas. Por fin el avión despegó con las mismas comodidades que a la ida. En la pista de Ezeiza los esperaba Carlos Rico. Su semblante había cambiado. Después de saludarlos les comentó:
- Gracias a que pude quedarme con mi esposa, los médicos se desvivieron hasta que mejoró. Ahora está casi repuesta. Vamos para casa y me contaran como les fue. Veo que están abrazados. Me alegra verlos así.
Salieron por una puerta lateral, evadiendo a los medios, rumbo a su casa ubicada en un barrio privado de la zona oeste. Saludaron a la esposa de Carlos. Lucía sonriente.
- Querida: Necesito hablar con los muchachos. Descansá un poco, la enfermera te atenderá. Decile a la cocinera que vaya preparando todo y que Antonio vaya poniendo el asado.
Se encerraron en el despacho. Durante más de tres horas, lo pusieron al tanto de lo acontecido.
- Esto es una revolución. Llamaré a la ministra de seguridad.
La puso al tanto de todo. Cuando vieron al presidente después de escucharlos atentamente, alcanzó a decir: - Procedan… Todo cambio: Carlos fue el padrino de la boda de David y Abby y las fuerzas armadas recibieron precisas instrucciones.
La limpieza había comenzado.
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