El Descubrimiento (C)

 Néstor Davies, de los EEUU, era uno de los hombres con mayor fortuna. De carácter sumamente enérgico, supo amasar su fortuna con una habilidad pocas veces vista… era un verdadero filántropo… no olvidó nunca sus humildes orígenes sus obras lo trascendían.

En esta última investigación, lo acompañaba uno de los más importantes biólogos, el Dr.  Joseph O´Connor.

Viajaba incesantemente por todo el continente en un jet bimotor que conducía generalmente él. Por supuesto la tripulación se componía de un avezado piloto, un ingeniero de vuelo, dos azafatas para atender a los viajeros y todos los implementos necesarios para la investigación y  un poderoso equipamiento destinado al proyecto.

Partieron del aeropuerto de Carolina del sur con el plan de vuelo. Todos los vuelos tenían que presentarlo antes  de partir, harían primero escala en Ecuador para reabastecerse… este nuevo viaje tenía como destino Bolivia donde seleccionarían nuevas especies de vegetales  que se podrían cultivar  en el desierto de Atacama.

La aeronave iba con las bodegas casi llenas de víveres y los insumos necesarios para realizar el plan.   Despegaron del aeropuerto Mariscal Sucre de Ecuador, con total normalidad, rumbo a su destino en La Paz.

A las dos horas de vuelo, una feroz tormenta eléctrica sacó a la aeronave de su rumbo. Las ráfagas de viento desviaron a la aeronave hasta casi el centro del Amazonas. Era una zona increíblemente boscosa y sin vestigio humano. Mientras tanto, al no recibir noticias del avión, se pusieron en alerta todos los sistemas de  búsqueda sobre la ruta programada, sin resultado alguno.

Después de luchar para mantener la aeronave en vuelo el piloto logró estabilizarla, casi en picada a baja altura volando sobre el impenetrable bosque.

Entre las tribus que habitaban la extensa región existía el pueblo Yama. No tenían contacto con el mundo exterior. Vivian en una comunidad perfectamente organizada. Eran de estatura elevada, su estado físico era ponderable y su salud inmejorable. El chamán era como el “medico”. Se alimentaban de pescados, vegetales, abundaban los jabalíes y otras especies. 

El temporal cesó de repente, como sucede generalmente en casi todo Brasil. El cacique, al sentir un sonido peculiar, levanto su vista, y entre las nubes vio un objeto plateado de gran tamaño descender rápidamente… todos salieron y lo vieron estrellarse sobre la tupida vegetación con gran estrepito. Los gritos y los gestos de admiración no fueron pocos. Se acercaron al lugar donde había caído el “objeto” sagrado. Nadie se atrevía a tocarlo…dos de las puertas laterales estaban abiertas. Sintieron gritos y el cacique cautelosamente penetró en el interior. Los “dioses” necesitaban ser atendidos y cuidadosamente los  fueron bajando uno a uno llevándolos a la aldea.                                                                                                                                                                                                        

 

Joseph, dos de los dos tripulantes y una de las azafatas afiebrada  estaban prácticamente incólumes solo heridas menores. Las cubrieron con  una extraña crema y les hicieron beber a todos una pócima que los tranquilizó de sobremanera  y los normalizó rápidamente con gran energía.

O`Connor, maravillado con estas curas, se dedicó casi inmediatamente  a conocer sus efectos, interiorizarse de sus virtudes y recoger las especies. Le resultaba muy difícil comunicarse con el chamán. A través de gestos se entendían medianamente, lo que provocaba la risa de los que los observaban. A medida  que el tiempo transcurría, los lesionados mejoraban notablemente. Gracias a los insumos rescatados, Joseph, deslumbrado por las curas, procuró interiorizarse con los componentes despaciosamente y con gestos que provocaban la carcajada del chaman y la gente,  aprendió como identificar las especies comenzando a cultivarlas. Aprendió su manejo y a preparar las pócimas.

La vida en la aldea transcurría con buena convivencia entre todos pero indudablemente el deseo de volver cada vez era mayor, sobre todo los que tenían lazos afectivos. Entre los varios proyectos, primó el de construir un balsa y navegar por el afluente que bordeaba el lugar, utilizando los troncos y palmeras que abundaban y que utilizaban los aborígenes frecuentemente. Lentamente y con la inestimable ayuda de ellos la construcción avanzó. La almadia tenía un tamaño considerable que requirió un gran esfuerzo para depositar en el rio. Largas cañas ayudarían al deslizamiento del bajel. Fueron cargando todos los insumos, con una muy buena cantidad de provisiones. Dejaron elementos que los nativos desconocían, explicando su uso y a su vez cargaron vegetales no conocidos por ellos y de gran valor alimenticio. O`Connor estibó todo debidamente.

Los festejos duraron varios días. Con la tristeza propia de la partida, finalmente  embarcaron. Toda la aldea los despidió. El intenso caudal se llevó rápidamente a la balsa hasta encontrar el ancho río. 

El deseo de llegar aumentaba cada día hasta que al fin, después de muchos días  de navegación, divisaron un puerto pequeño perteneciente a un aserradero. Grande fue la sorpresa de los habitantes del lugar al verlos, estaban atónitos.

Caía la tarde……exultantes, volvieron a la balsa… no necesitaban nada. Por radio, el encargado del lugar se comunicó con en el puerto de Belén. La noticia corrió como un reguero. A  la mañana siguiente cerca del mediodía, aviones de la FAB (la fuerza Aérea Brasileña) sobrevolaron a muy baja altura a la embarcación, agitando sus alas. A los pocos minutos helicópteros de diversos medios filmaron la situación asombrados por el excelente estado físico de los navegantes y sus  extrañas apariencias.  Arribaron al puerto negándose a bajar a tierra. La situación, se volvió sumamente confusa. Se estableció un perímetro que no permitía ningún contacto con los nautas. Al día siguiente, arribó el gobernador del estado. Acercándose preguntó quién estaba cargo… respondiendo a la pregunta, contestó Davies… Fue invitado a bajar a tierra recibiendo  un fuerte abrazo con del funcionario. Un maduro reportero de ‘O Globo, una de las publicaciones más prestigiosas, a viva voz preguntó -Néstor Davies, desapareció hace 3 años…que puede contestar a eso?

La respuesta fue afirmativa. Un murmullo de asombro sacudió el ambiente. -Sí…pero usted, no puede ser, dado el excelente estado en que se encuentra.

-Tengo mis empresas en los EEUU y gracias a un verdadero milagro, sobrevivimos los aquí presentes, no hare más declaraciones.

La noticia siguió extendiéndose por todo el globo gracias a las cadenas informativas. Belén se vio invadida por medios de todo el mundo.

En el lugar de su residencia, Virginia del Norte, su cónyuge observando las noticias, sufrió un desvanecimiento. Fue atendida prontamente. -Es él!

A las pocas horas, en uno de las varias aeronaves que poseían, acompañada por varios directivos llegó al muelle. -Néstor, Néstor!!!

Él corrió a su encuentro fundiéndose en un interminable abrazo. Néstor volvió a su hogar. Los demás compañeros también. O´Connor se quedó en Brasil siempre comunicado con Davies. Allí se enamoró de una de sus colaboradoras  en el Instituto de Investigación ambiental Brasileiro.

Tratando de encontrar la fórmula perfecta para la elaboración de la pócima y el ungüento que con gran paciencia consiguió de los Yamas… cosa que logró después de largos meses.

Davies recibió la novedad con gran alegría……Como siempre, no solo el espionaje político sino también el industrial se enteraron. Los laboratorios formando un conglomerado, le hicieron llegar con un emisario un cheque en blanco para que colocara los ceros que quisiera con tal de conseguir la fórmula. La respuesta, fue colocar la misma al alcance de todos los países   pudieran elaborarla libremente, recetadas  con la supervisión de los profesionales. Muchas de las grandes corporaciones tuvieron que reducir casi por completo sus actividades dedicándose a elaborar la formula conocida por todos…O Connor fue galardonado con el premio Nobel Manifestó: -Este gran honor quiero recibirlo con este gran benefactor que es Néstor Davies. Sin él, esto no hubiera sido posible…El galardón, lo donaremos a varias instituciones dedicadas al bien público.

La ubicación de la tribu, nunca fue conocida. Davies y su amigo volvieron al proyecto original de poder cultivar especies aptas para el ser humano en el desierto de Atacama…

 

Ojalá que esta historia, se haga realidad algún día.

1 comentario:

MUCHAS GRACIAS POR TUS PALABRAS ! ! !