La inspiración (c)

 Dick Foster, tenía 45 años. Recibido con buenas notas en la universidad de Stanford, como arquitecto, había realizado varias obras importantes en San Francisco.  Algunos amigos y relaciones informales. En sus oficinas trabajaban cerca de 24 empleados, lo que le aseguraba un buen pasar. Su departamento, con una excelente vista al puente, era amplio sin ser ostentoso.  Camila, su ama de llaves, excelente cocinera, lo mantenía impecable. Le costaba conciliar el sueño. Consultó a su médico.

-Dick, Usted goza de buena salud. No le puedo recetar ninguna droga. Le voy a recomendar melatonina, totalmente inocua. Tómela después de cenar.

Así lo hizo. Pero algo le faltaba a su vida a pesar de que dormía bien. Volvió a ver al médico.

-Veo que su problema es psicológico. Le recomiendo ver a la doctora Adams que es experta en ese tipo de casos.

Le pasó su teléfono. Le dieron un turno para dentro de un mes.  Dejó sus datos. A la mañana siguiente recibió un llamado:

-Señor Foster, es usted un hombre de suerte. Se cayó un turno a raíz de que el paciente contrajo corona virus. La doctora lo atenderá pasado mañana. }

-Muchas gracias. Andrea, posponga todas mis citas para pasado mañana.

-De acuerdo.

El consultorio estaba una media hora de su casa. Exactamente al tiempo, la secretaria lo hizo pasar. Sabido es que las consultas duran una hora. La doctora Adams era una mujer de agradable presencia. Lo hizo tomar asiento.

-A ver: cuénteme, que lo ha traído aquí.

-Mi médico el doctor Miles me indico la viera.

-Lo conozco. Un excelente profesional.

Casi una hora duro su relato. Lo escuchó atentamente.

-Creo saber lo que le sucede. La secretaria, le dará un sobre turno. Me interesa mucho su caso.

Llegó el día. -Dick: Vamos a hablar comparativamente. Comparemos la vida de cada uno, con una brújula. Tendrían que apuntar todas al Norte. La suya, esta desviada, cosa inusual. No es un caso aislado: tengo en mi “armario “decenas de ellas. Vamos a trabajar con ello hasta que usted encuentre el rumbo adecuado.

Volviendo a su casa, tomó el subte elevado. Bajaba en una estación antes de terminar el recorrido, buscando algún lugar diferente fuera del ruido de la ciudad. Antes que terminara el recorrido, se bajó. Recorrió varias calles, pero hubo un lugar que llamó su atención: Viejo Almacén decía el cartel. Entró… El lugar parecía que había retrocedido en el tiempo. Tenía un encanto peculiar. Con poca iluminación, un agradable aroma se sentía en el ambiente. Se sentó en un banco no del todo seguro, pero cómodo. El mostrador era la barra. Un señor, con bastantes años encima le pregunto:

-Usted no es de aquí …

-¿Porque me lo pregunta?

-Conozco a todos mis parroquianos.

-Es cierto. Soy de la ciudad. Y busco alejarme de ella en cuanto puedo. Busco ambientes tranquilos para descansar un poco…

-Pues aquí lo encontró. Que se va servir?

-Recomiéndeme algo.

-Todo es bueno, pero le recomiendo la picada con el vino de la casa.

Hacía años, que no probaba algo con semejante sabor. El jamón ibérico, los quesos en su justa maduración y las aceitunas negras y verdes de buen tamaño y otras ricas cosas. El vino, blanco, un gusto especial.

-Señor, la pido me cuente la historia de este lugar. ¿Cuál es su nombre?

-Me llamo Manuel. Yo soy la cuarta generación. Mi tatarabuelo llegó de España en 1898 con un grupo de coterráneos. En este barrio se instalaron. Había terrenos vacíos a un precio accesible y con mucho esfuerzo, edificaron viviendas y pequeños negocios. La meta era ser propietarios y lo consiguieron. Yo, que había sido mozo, construí este negocio tal cual como usted lo ve. Con algunas mesas constituye el centro de reunión de todos los que viven aquí. Por eso le pregunte de donde era. Solamente usted, y esa señora en el rincón que viene regularmente, son los únicos.

-Me interesaría hablar con ella. Permiso.

Se levantó y se dirigió a la mesa. -Señora, perdone mi intromisión. El dueño me relato toda la historia de este sitio. Me pareció fascinante. ¿Me permite sentarme?

-Sí.

-¿Quiere tomar algo?

-Estoy bien. Gracias.

-Mi nombre es Dick.

-El mío es Julie.

-Tengo un estudio de arquitectos en medio del farrago de la urbe.

-Qué curioso. Yo también soy arquitecta y trabajo por mi cuenta. No tengo muchos trabajos como usted, pero me defiendo.

Conversaron poco. -Discúlpeme. He tenido un día bastante complicado y estoy cansada.  Me voy a casa. Se ha hecho tarde.  

Le preguntó:- ¿puedo acompañarla.? Las calles son peligrosas a esta hora.

-Gracias.

Así   lo hicieron... Al despedirse, le dio su tarjeta. Cuando quiera, véngame a ver. Pero no lo hizo. Pasó un tiempo Le llamo mucho la atención esto, fue al lugar donde la dejó. Era un edificio de varios pisos. Consultó con el portero y recibió una mala noticia.

-La señora Julie, quedó en medio de un tiroteo y recibió varios balazos. Está internada desde hace varios días.

-¿Donde?

-No lo sé señor. Vi cuando se la llevaba la ambulancia Más no le puedo decir.

Contrató a una agencia de investigadores dándoles los pocos datos que tenía. Transcurrieron muchos días en encontrar donde estaba Julia. Al fin, localizaron el lugar. Estaba en un hospital de mediana complejidad. Hizo que la trasladaran al sanatorio donde él estaba afiliado. Los profesionales estuvieron de acuerdo con el diagnostico. Le efectuaron todo tipo de estudios con elementos de los cuales carecían en el otro lugar. En una tomografía, descubren un segundo proyectil cerca de la columna... La operación para extraerlo, duró cerca de las cuatro horas y fue exitosa. Él, la visitaba todos los días. La recuperación progresó lentamente. Cuando le dieron el alta transitoria, hizo que la trasladaron a su casa, vigilada por enfermeras altamente profesionales las 24 horas.

Al despertar, luego de muchas horas, preguntó: -¿Dónde estoy?

-Estas en mi casa. Aquí, estarás mejor. Mi dormitorio está al lado del tuyo.

-Gracias por el interés que tuvo por mí.

-Que menos podía hacer…

La recuperación fue lenta. Fueron varios meses y arduo el trabajo pero dio sus frutos.

-Ya es hora que nos tutiemos.

-Tengo que proponerte algo. Para celebrar, tú recuperación, te propongo hacer una pequeña reunión con mis más apreciados amigos.

-Es demasiado. Acepto.

-¿quieres   invitar a alguien?

-No tengo a nadie.

Tomó su mano -me tenes a mi…

Julie no paraba de agradecerle. A Rosalind una amiga propietaria de una afamada boutique, luego de conocer a Julie, le encomendó vestirla con las mejores prendas de su colección.  Envió a su chofer Emilio, su hombre de confianza, a proveerse de lo ya conocido, al viejo almacén. La reunión, fue de lo más agradable.

-Che (le decían sus amigos) Por fin encontraste a alguien que te gustó.

-Es solo una amiga.

-Pero nunca hiciste algo como este agasajo.  

Sus invitados no dejaban de elogiar todo. El ambiente era agradable.  

-¿Dónde conseguiste estas cosas?

-Me las mando un amigo del campo.

-Danos el lugar.

-Mi amigo viajó a España. No conozco todavía su nueva dirección ni su teléfono.

 Los dos, se miraron con una sonrisa cómplice. Estuvieron juntos casi todo el tiempo. El secreto de Manuel, estaba bien guardado. Al final de la reunión, en el brindis final, pidió silencio... Tomó la mano de Julie. Le ofreció una copa de champan.

- Hemos pasado muchas cosas juntos…. Y sentí un cariño más intenso hacia vos-

 Ella se sonrojo. Le entregó un pequeño estuche. Contenía un hermoso anillo. Dick lo tomó y lo puso en su dedo. -¿Te quieres casar conmigo? Un largo beso es el final de este relato... Su brújula apuntaba hacia el Norte…

 

ESTE CUENTO FUE ESCRITO GRACIAS A LAS IDEAS QUE ME TRANSMITIÓ MI HERMANO MENOR HORACIO

El sueño (c)

Eran tres amigos inseparables… Desde la escuela secundaria se había establecido una relación muy particular desde el momento que una pandilla los atacó a la salida del colegio, queriéndoles robar los celulares. Sergio, estaba tomando clases de taekwondo… Derribó a dos de los atacantes, lo que los desorientó, mientras que Julio y Alfonso también daban buena cuenta del resto. Se abrazaron y desde ese momento se cimentó un vínculo especial. Casi tenían los mismos gustos, en especial por la admiración por las fuerzas del orden, al comentar los hechos delictivos que se cometían a diario.

- Che: ¿qué les parece si nos anotamos en la academia de policía Ramon Falcon.

De común acuerdo, a la semana concurrieron a ella. Cuando les estaban informando, pasó por el lugar el director de la institución. - Señor: les estaba diciendo que hasta los 18, no podían ingresar.

- ¿Ustedes 3 son?

- Sí señor.

- Tienen mucha suerte de que yo estoy aquí. Buscaré una solución. Vuelvan mañana.

Al día siguiente, los recibió.

-Es un caso muy especial. No es habitual que ustedes 3 quieran incorporarse. Creo que encontré una solución. Hasta que cumplan los 18, concurrirán como oyentes a las clases, con excepción del uso de armas. Además, sabiendo que tienen gastos, les otorgaremos una beca que les permita subsistir hasta el ingreso. Después, como a todos los alumnos, un sueldo. Piénsenselo.

- No tenemos nada que pensar.

- Bueno, comienzan mañana.

Los proveyeron de notebooks. Al llegar a la edad requerida, rindieron examen. Obtuvieron excelentes notas. El curso duro 3 años. Al recibir sus diplomas el director, luego de felicitarlos,  les habló: - No me defraudaron…

Los asignaron a diferentes seccionales para habituarse al funcionamiento. Salieron acompañando a agentes experimentados.

-¿Sabes   manejar pibe?

-Sí señor.

- No me digas señor. Me llamo Anibal. Vamos para el sector 5. Es una zona jodida. Llena de narcos y chorros.

Le fue indicando el camino.

- Abrí bien los ojos.

El disparo atravesando el parabrisas le dio a Anibal. Aplicó lo aprendido: - Móvil 2345. Oficial herido. Solicito ambulancia y refuerzos.

-        Recibido. Ayuda en 8 minutos.

Los disparos continuaron. Varios móviles llegaron al lugar. El herido fue trasladado al hospital Churruca. El tiroteo duro varios minutos. Llegó también el grupo Halcón. Los atacantes huyeron. Detuvieron a cuatro sujetos. Allanaron varias viviendas, incautando gran cantidad de droga lista para su venta y una importante cantidad de dinero. Las precarias casas, demolidas. Se comunicó con sus amigos.

-        Nosotros sin novedad. Debutaste, Julio.

Después de su turno, visitó a su compañero. Estaba en terapia intensiva con pronóstico reservado pero finalmente salió adelante.

 

 

Los 3 se reunían por lo menos dos veces por mes. La última noticia los sorprendió… Se iba a construir en la Patagonia, una cárcel modelo con capacidad para 3000 reclusos con fondos no reembolsables del banco mundial.

-        …Pero muchachos, eso es una muy buena noticia.

Se llamó a una licitación internacional que fue ganada por la empresa Olaf sons de Noruega, pionera en construir centros de detención en condiciones adversas.

Centenares de obreros, la mayoría sin trabajo comenzó las tareas. Se habían realizados obras para su alojamiento. Esta obra titánica, avanzo a un ritmo acelerado. Se terminó en tres años. La pregunta era: ¿Que detenidos irían allí? Había tantas motivaciones, que el caso lo resolvió la corte suprema. Si la detención superaba más de dos años, serían enviados a las nuevas instalaciones. Las organizaciones de “derechos humanos” realizaron todo tipo de protestas, que fueron desestimadas. Hubo nueva reglamentación. La concurrencia a los diversos talleres, centros de estudios, tendrían un sueldo. Descontados gastos de manutención excepto asistencia médica, el saldo iría a una cuenta de ahorro al cumplir la condena, se entregaría en una cuenta bancaria. Los delitos disminuyeron. 

 

Aníbal, luego de varios meses de recuperación. Consiguió su retiro.

 

Por otro lado, las elecciones presidenciales tuvieron un giro inesperado. Fueron ganadas por Juntos por el cambio con una gran diferencia. Nicolás del Caño, asumió como presidente del senado. Como un gesto del ganador, en la cámara de diputados, ganó la oposición también. Los delitos se redujeron en casi el 80 por ciento, pero seguían ocurriendo. Comenzaron a llegar las inversiones al reducirse los índices de inflación. La capacidad de la industria redujo la desocupación al 8 por ciento. La salud ya no era un problema. El país era otro. Se construyeron centros hospitalarios hasta los lugares más remotos. La Argentina había alcanzado el progreso total.  Julio y sus amigos se incorporaron a un selecto grupo policial de acción rápida con el equipamiento más moderno. Viajando por todos los confines, capacitando a las fuerzas del orden.

 

Lo despertaron unos fuertes golpes en su puerta. Prendió el velador y abrió la puerta. Estaban sus amigos. - Che loco, hace como diez minutos que llegamos. Mirá que golpeamos fuerte. Supusimos que te había ocurrido algo e íbamos a entrar. Dale, levántate rápido y vamos a tomar un café a lo de Rafael. Tenemos ganas de comer medias lunas antes de entrar al cuartel. Ojalá que hoy sea un día más tranquilo que ayer, nos dieron con todo. Ya en el auto, Andrés pensó. Fue un sueño, un bendito sueño…